El Rey Juan Carlos evidencia sus graves problemas de movilidad en sus últimas horas en España

   MADRID, 19 May. (CHANCE) -

El Rey Juan Carlos ha exprimido al máximo sus últimas horas en nuestro país después de una visita -la segunda que realiza en lo que llevamos de 2025- a Sanxenxo que ha durado seis días, y en la que no ha hecho ningún tipo de manifestación sobre su demanda a Miguel Ángel Revilla ni sobre su sonada ausencia en el acto de conciliación que se celebró el pasado viernes en los Juzgados de Santander y que terminó, como era previsible, sin avenimiento después de que el expresidente de Cantabria se reafirmase en las declaraciones que ha hecho sobre él y por las que el Emérito le pide 50.000 euros en concepto de indemnización.

Unos días en los que el padre de Felipe VI ha disfrutado de la visita de su hermana la infanta Margarita, y en los que ha aprovechado para participar en las regatas que se han celebrado este fin de semana en la localidad pontevedresa, tirando de ironía al asegurar que "hacía mucho" que no iba a Santander, apuntando con una sonrisa que en Sanxenxo "hace mejor tiempo".

Antes de poner rumbo a su residencia de Abu Dabi en la tarde de este domingo, Don Juan Carlos ha cumplido con su cita con la vela, y más sonriente de lo habitual tanto al abandonar a primera hora la casa de su íntimo amigo y anfitrión Pedro Campos como a su llegada al Club Náutico de Sanxenxo, hacía oídos sordos a las preguntas de la prensa sobre qué espera del juicio que previsiblemente le enfrentará a Revilla y en el que tendrán que verse las caras tras su decisión de no asistir al acto de conciliación al no ser obligatoria su presencia.

Sí han llamado especialmente la atención las dificultades de movilidad del Monarca, más evidentes que nunca tanto a su llegada al puerto como al subirse a la embarcación 'Cristina' para disfrutar de las regatas con el resto de su tripulación, necesitando la ayuda de un bastón y de sus hombres de confianza para poder salir del coche como para bajar las escaleras del pantalán. Algo que se repetía cuando abandonaba el lugar tras varias horas navegando, caminando trabajosamente mientras se despedía de Sanxenxo una vez más.

Sin tiempo que perder, Don Juan Carlos pasaba por la casa de Campos para recoger su equipaje, y ponía rumbo al aeropuerto de Vigo, donde tras despedirse afectuosamente del armador del 'Bribón' y de su mujer Cristina Franze con un abrazo y dos besos, ha subido la escalerilla del avión privado en el que ha regresado a Emiratos Árabes con la vista puesta en su próxima visita a la localidad pontevedresa, que previsiblemente tendrá lugar el próximo 20 de junio.

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