Reúne casi 100 obras inéditas que abordan pintura, dibujo, observación poética o crisis climática
LEÓN, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Museso de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac), con sede en León capital, inaugurará mañana la exposición 'El bramido de la Tierra', un proyecto específico de Luis Moro para el centro museístico en el que despliega su personal bestiario ante la crisis climática y donde la naturaleza reclama su protagonismo ante la urgencia ecológica de nuestro tiempo.
Con motivo de la inauguración, a las 19.00 horas, tendrá lugar una conversación entre el artista y el comisario de la muestra, Fernando Castro Flórez.
El director del Musac, Alvaro Rodríguez Fominaya y el artista Luis Moro, acompañados por el comisario de la muestra, Fernando Castro Flórez y la jefa de sección de Acción Cultural de la Junta, Erundina lglesias, han presentado este viernes la exposición, que reúne casi un centenar de obras inéditas del pintor segoviano que abordan desde la pintura, el dibujo y la observación poética del mundo animal hasta la crisis climática y la constante metamorfosis de la vida.
La exposición se abrirá al público mañana de 19.00 a 21.00 horas y tendrá entrada libre hasta completar el aforo durante todo el fin de semana.
Comisariada por el profesor y critico de arte Fernando Castro Flórez, incluye un amplio conjunto de obras, entre ellas pinturas de gran formato, dibujos y materiales de proceso, que reflexionan sobre la urgencia ecológica de nuestro tiempo a través de un universo visual propio, profundamente conectado con los ciclos vitales y el proceso de metamorfosis incesante de la vida.
Para el comisario, la obra de Luis Moro, en la que "lo verosímil y lo azaroso funcionan creando una hermosa naturaleza", tiene algo de catarsis en relación con la catástrofe en curso. "Este creador leva años desarrollando una estética crítica con respecto a la necropolitica que nos determina", ha explicado.
La obra de Luis Moro (Segovia, 1969) es un bestiario contemporáneo en el que conviven ovejas, elefantes, pavos reales y cigüeñas con escenas urbanas marcadas por la ausencia de la figura humana, intuida a través de elementos de videovigilancia.
Según el propio artista, en esta serie, a diferencia de otras anteriores, la ausencia de artrópodos es "significativa". Solo aparecen en tres obras y en algunos bocetos, lo que refuerza el protagonismo de los espacios urbanos y el vacío humano, representado a través de cámaras de videovigilancia o pequeños seres que intentan camuflarse en el gris del asfalto.
En este sentido, la obra conecta con una sensibilidad contemporánea atravesada por el recuerdo del confinamiento, cuando la pausa forzada permitió vislumbrar otra forma de habitar el planeta. En muchas de sus piezas las alas y los aleteos se convierten en alegorias del deseo de transformación, del anhelo de otra vida posible. "Nuestra vida gira en torno a un péndulo; nuestra muerte resulta no muy distinta ante ese frágil bombeo", ha escrito Luis Moro.
El artista dibuja para comprender la vida. Su trabajo destaca por lo riguroso del dibujo y por una representación del natural que le permite construir un universo visual propio. A lo largo de los años ha desarrollado una mirada precisa y meticulosa, centrada en la observación minuciosa de pequeños seres vivos.
Tal y como apunta el critico Miguel Cereceda, su acercamiento al mundo animal se asemeja al del entomólogo: observa con detalle, clasifica, registra, y desde ahí da paso a la imaginación y a lo simbólico. Sin embargo, su obra no se ciñe a un naturalismo estricto y transita con fluidez entre lo figurativo y lo abstracto, con una estética al servicio de una meditación critica sobre los limites que la humanidad ha traspasado y que llevan al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el colapso de los ecosistemas.
En este sentido, la exposición no es solo una llamada de atención, sino también una invitación a la contemplación activa. A través del detalle de un ala, del gesto silencioso de un animal o del contraste entre lo vivoy lo industrial, Moro construye imágenes que ofrecen la posibilidad de mirar con atención, de recuperar la sensibilidad frente a lo que está desapareciendo.
"Los animales son un pretexto para hablar de otras cosas. Aunque el universo cuenta una de ellas en cada pequeño ser", ha declarado y ha agregado que la exposición plantea una visión transformadora con un mensaje de que el planeta y la naturaleza "pueden volver a renacer de las cenizas". En este sentido, ha argumentado que el final de un ciclo es "el principio" de algo nuevo.
Por otra parte, ha expresado su intención de dar protagonismo a los insectos, a pesar de que 'El bramido de la Tierra' posiblemente sea la exposición en la que menos aparecen representados, así como al mundo animal en general, que es "víctima invisible" en una sociedad en la que no forma parte si quiera de las estadísticas.
Además, ha planteado una reflexión sobre la "impotencia" que a veces siente el ser humano por situaciones como catástrofes naturales pero luego "se olvida" de lo que ha sucedido, como sucedió con la pandemia del Covid, de donde se tenían que haber aprendido ciertas lecciones y "ha sido todo lo contrario".
Con motivo de la muestra, el Musac ha editado la publicación Luis Moro. El bramido de la Tierra, diseñada por Jaime Narváez e ilustrada con imágenes de las obras expuestas. El catálogo incluye textos de Fernando Castro Flórez y del crítico de arte Pedro A. Cruz Sánchez.
Luis Moro es un artista visual distinguido en 2022 con el Premio Castilla y León de las Artes, cuya trayectoria se caracteriza por una constante exploración dentro de la figuración post-expresionista. Ha sido reconocido con diversos Premios Nacionales de pintura, grabado y escultura en Certámenes Juveniles de Artes Plásticas (1985-1990), así como con galardones internacionales, entre ellos Pintores Europeos, Benidorm (1987) y Liceo Español de Paris (1992).
Asimismo, ha sido ganador de becas como la del Circulo de Bellas Artes-Taller Julian Schnabel y beneficiario de la del Círculo de Bellas Artes-Taller Julian Schnabel (1991), Casa Velázquez (2002), Bienal de Arte de Gongjü (Corea, 2004) y programas de residencia atistica en Smart Cam (EEUU), Conaculta y el Ministerio de Cultura de España.
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