MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las moléculas orgánicas detectadas en las columnas de agua que emergen de las grietas en la superficie de Encélado podrían formarse por la exposición a la radiación en la luna helada de Saturno, en lugar de originarse en las profundidades de su océano subterráneo.
Los hallazgos, presentados durante la Reunión Conjunta EPSC-DPS2025 en Helsinki esta semana, tienen repercusiones en la evaluación de la habitabilidad del océano de esta luna de Saturno.
"Si bien la identificación de moléculas orgánicas complejas en el entorno de Encélado sigue siendo una pista importante para evaluar la habitabilidad de la luna, los resultados demuestran que la química impulsada por la radiación en la superficie y en las columnas también podría crear estas moléculas", afirmó la Dra. Grace Richards, del Istituto Nazionale di Astrofisica e Planetologia Spaziale (INAF) en Roma, quien presentó los resultados en la reunión.
Las columnas fueron descubiertas en 2005 por la sonda espacial Cassini de la NASA. Emanan de largas fracturas llamadas "rayas de tigre" ubicadas en la región polar sur de Encélado. El agua proviene de un océano subterráneo, y la energía que calienta el océano y produce las columnas es resultado de las fuerzas de marea gravitacionales del masivo Saturno que flexionan el interior de Encélado, informa Eureka Alert.
La sonda Cassini sobrevoló las columnas, analizando algunas de sus moléculas y descubriendo que eran ricas en sales, además de contener diversos compuestos orgánicos. Dado que los compuestos orgánicos, disueltos en un océano de agua subterráneo, podrían convertirse en moléculas prebióticas precursoras de la vida, estos hallazgos fueron de gran interés para los astrobiólogos.
Sin embargo, los resultados de los experimentos de Richards y sus colegas muestran que la exposición a la radiación atrapada en la potente magnetosfera de Saturno podría desencadenar la formación de estos compuestos orgánicos en la superficie helada de Encélado. Esto pone en duda su relevancia astrobiológica.
Richards visitó las instalaciones del Instituto HUN-REN de Investigación Nuclear en Hungría, donde junto a sus colegas simularon la composición del hielo en la superficie y en las paredes de las rayas de tigre de Encélado. Este hielo contenía agua, dióxido de carbono, metano y amoníaco, y se enfrió a -200 grados Celsius.
Posteriormente, el equipo de Richards bombardeó el hielo con iones (átomos y moléculas desprovistos de un electrón) para replicar el entorno de radiación que rodeaba Encélado. Los iones reaccionaron con los componentes helados, creando una amplia gama de especies moleculares, como monóxido de carbono, cianato y amonio. También produjeron precursores moleculares de aminoácidos, cuyas cadenas forman proteínas que impulsan las reacciones metabólicas, reparan las células y transportan nutrientes a los seres vivos.
Algunos de estos compuestos se habían detectado previamente en la superficie de Encélado, pero otros también se han identificado en las columnas. "Las moléculas consideradas prebióticas podrían formarse in situ mediante el procesamiento de radiación, en lugar de originarse necesariamente en el subsuelo oceánico", afirmó Richards. "Si bien esto no descarta la posibilidad de que el océano de Encélado sea habitable, sí significa que debemos ser cautelosos al hacer esa suposición simplemente por la composición de las columnas".
Comprender cómo diferenciar entre los compuestos orgánicos derivados del océano y las moléculas formadas por la radiación que interactúa con la superficie y las rayas de tigre será un gran desafío. Se requerirán más datos de futuras misiones, como la propuesta de misión a Encélado, que actualmente se está considerando como parte de las recomendaciones de la Voyage 2050 para el programa científico de la ESA hasta mediados de siglo.
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