Efectivos de Guardia Civil en Costa Teguise y San Bartolomé, en la isla de Lanzarote, han salvado la vida de un turista que sufrió un brote psicótico y se había lesionado con un cuchillo.
Los hechos se produjeron el 12 de julio, cuando la central operativa de servicios (C.O.S.) en Gran Canaria, solicitó la intervención de las patrullas en servicio de Costa Teguise y San Bartolomé tras recibir una llamada de una ciudadana que informaba sobre una alteración del orden público en plena vía entre dos personas, portando una de ellas un cuchillo y con heridas visibles que le causaban hemorragias.
Al personarse una patrulla en el lugar, los agentes se acercaron a una mujer, que más tarde se identificó como la persona que había realizado la llamada de alerta, observando que la misma llevaba en su ropa y sobre su cuerpo abundantes restos de sangre, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
Sin embargo, la mujer les aseguró a los agentes que no presentaba lesiones de importancia, salvo un pequeño corte que se había hecho mientras intentaba arrebatarle un cuchillo a su pareja, con la única intención de evitar que él continuara haciéndose daño.
La mujer insistió en que "no había sido agredida ni había temido por su integridad", explicando a los agentes que su pareja atravesaba en ese instante una crisis derivada de problemas de salud mental y que, en realidad, sufría un brote psicótico.
Esta información, y el tono colaborativo que tuvo la mujer, permitió a los agentes comprender mejor la situación y actuar en consecuencia, ya que la señora informó a los agentes amablemente por dónde había escapado su pareja, si bien no estaba segura si aún llevaba consigo el cuchillo.
Seguidamente los agentes comenzaron la búsqueda y, al localizar al individuo, se encontraron con una "situación complicada", ya que el hombre no respondía a las indicaciones y parecía desorientado, visiblemente alterado y muy violento, incluso llegando a abalanzarse en un momento dado sobre uno de los agentes e intentando arrebatarle el arma.
Se produjo entonces un forcejeo, en el que los agentes actuaron con "gran cautela, procurando equilibrar" su propia seguridad con la necesidad de evitar hacer más daño al hombre, que "claramente no estaba en pleno" uso de sus facultades.
Además mostraba signos de haber sufrido heridas graves, ya que sangraba profusamente y balbuceaba palabras en inglés, sin que los agentes pudieran confirmar todavía si portaba el cuchillo. Finalmente, tras un "tenso momento", lograron calmar al turista.
Posteriormente los servicios de emergencia pudieran atenderle y tanto su mujer como él fueron trasladados rápidamente al hospital José Molina Orosa de Arrecife, acompañados en todo momento por la patrulla, que permaneció junto a ellos hasta que ambos quedaron ingresados y fuera de peligro.
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