MADRID 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La exfutbolista Virginia Torrecilla y el exjugador de baloncesto Tomás Bellas recalcaron este lunes la importancia que supuso de diferentes maneras su faceta de deportista y el ser optimista y valientes para poder curarse de los cánceres que les fueron diagnosticados.
A la balear le dieron la noticia de que tenía un tumor en el cerebelo en mayo de 2020, en plena pandemia, aunque "en el momento" no le comunicaron que era "cáncer, ni mucho menos". "En ningún momento me dijeron la palabra cáncer. Me quisieron quitar un poco de hierro y me dijeron que era un tumor, pero tenía 25 años y no sabía lo que era eso, lo siento, era la realidad. Sabía que era el cáncer, pero para mí era morir", expresó Torrecilla durante su participación en el Congreso 'Deporte en Positivo' del diario 'As'.
"Y cuando me dijeron que tenía un tumor, me quedé en 'shock', ni lloré. Me dijeron que tenía que hablar con mis padres y fue todo superrápido. En el momento en el que me lo dijeron fue como '¿qué tengo que hacer? ¿Qué va a pasar?'", añadió.
La exjugadora del Atlético de Madrid apuntó que su cáncer "venía de la médula" y que eso provocase que hubiese podido tener "metástasis" desde el primer momento. "Cuando me hicieron las pruebas y vieron que no tenía metástasis, me dijeron que tenía que someterme a radioterapia y a la quimioterapia. La 'radio' la pasé muy bien y las primeras cinco quimios la pasé superbien y me dijeron: 'Virginia, no sabes lo agradecido que es tu cuerpo por haber sido deportista", apuntó.
"Y desde entonces me dijeron que no dejase de hacer deporte, sobre todo fuerza, porque era lo que me iba a salvar. Y así fue hasta que no pude levantarme de la cama porque perdí 17 kilos y no me podía levantar de la cama, pero me levantaba y hacía flexiones, dominadas, sentadillas. No paré de hacer deporte e incluso el día que no me quería levantar del sofá, tenía a mi madre o a mis amigas que me hacían andar para que mi cuerpo no estuviera parado. A mí el deporte me ha salvado la vida, sin duda alguna", recalcó.
Además, incidió en el aspecto de "ser positivo y valiente" como clave para poder curarse. "Yo era la típica hacía lo que sea y ahora me he vuelto más 'cagona'. Después de todas las quimios, que me han pinchado por todos lados y me han abierto, ahora tengo miedo a todo", señaló.
"El camino es largo, duro, habrá momentos que sí, que irás hacia arriba, y otros momentos que irás hacia abajo, sin saber por qué, pero siempre vale la pena llegar hasta el final", sentenció a modo de recomendación Virginia Torrecilla.
Por su parte, Tomás Bellas anunció su retirada el pasado mes de enero tras haber superado el linfoma de Hodgkin que le diagnosticaron en el verano de 2024, una noticia que también le supuso "un shock". "Todo estaba fenomenal y de repente ves como todo cambia de un día para otro. Venía teniendo una serie de síntomas que confirmaron ser un cáncer, la palabra mágica, y lo primero que se me pasó sobre todo es el cambio que iba a tener en cuestión de segundos y cómo se lo iba a explicar a los más queridos, en este caso a mis hijos, que tengo tres", explicó.
El exbase también resaltó la importancia del deporte, en su caso "sobre todo la preparación mental para lo que te viene encima" y que en su caso fue "diferencial". "El cómo voy a afrontar esto, ya no sólo hacia adentro, sino cómo voy a gestionar a la gente de alrededor, que la he necesitado para coger esa buena energía que me transmiten y cuando mejor estuvieran ellos, mejor iba a estar yo", resaltó.
"Me recomendaron hacer todo el deporte posible, y gracias a que había hecho deporte y además estaban en activo, me pudieron poner un tratamiento que era muy fuerte. Los primeros ciclos de quimioterapia fueron muy duros, pero gracias a que tenía un buen tono muscular, me pudieron poner ese tratamiento que era muy agresivo y que a la larga vi los resultados buenos que hizo", agregó.
Bellas "no" hizo deporte durante este proceso. "Quizá por el estadio en el que me encontraba, que era el máximo que se puede encontrar, no tenía fuerzas para hacerlo", confesó. Sin embargo, tiró de ánimo. "Soy optimista por naturaleza. A mí me transmiten la noticia y lo primero que hago es pensar que me lo han diagnosticado con 37 años y soy un afortunado porque he vivido una vida fantástica y ahora con el cuchillo entre los dientes y a intentar disfrutar hasta de una ducha agua caliente porque las pequeñas cosas son pequeñas victorias que creo que son muy importantes para la recuperación total", subrayó.
A modo de mensaje para otros afectados, fue claro. "Que sí se puede, sí se puede. No tienes la bola de cristal, pero sí se puede y tienes que estar, hasta que no queden opciones, intentándolo. Y otra cosita muy pequeña es disfrutar los pequeños momentos en el proceso", concluyó el exjugador.
Participate