Waterloo 210 años después: el rugido del león sigue resonando en Valonia

MARID 22 May. (EUROPA PRESS) -

Hace más de dos siglos, en el corazón de Bélgica, lo que hoy es Valonia, se libró una batalla que cambió el rumbo de Europa. Sobre ese mismo campo, se alza hoy un león de bronce que ruge en dirección a Francia: símbolo imponente de la victoria aliada y guardián silencioso de la memoria.

En 2025, la región conmemora el 210º aniversario de la Batalla de Waterloo con un programa inmersivo que revive la historia en cada rincón.

El próximo mes de junio, la región belga de Valonia rinde homenaje a uno de los episodios más trascendentales de la historia europea: la batalla de Waterloo. Aquel 18 de junio de 1815, las tropas de Napoleón fueron derrotadas por las fuerzas aliadas lideradas por el duque de Wellington y el mariscal Blücher.

Más de dos siglos después, este emblemático campo de batalla se conserva casi intacto y ofrece hoy una experiencia única a quienes desean comprender, revivir y sentir los ecos de aquella jornada decisiva.

Para conmemorar el 210 aniversario del enfrentamiento que marcó el fin del Imperio napoleónico, los días 28 y 29 de junio de 2025, el legendario campo de batalla de Waterloo volverá a cobrar vida. Durante ese fin de semana, el público podrá asistir a una espectacular recreación histórica que reunirá a más de 2.000 soldados uniformados, 100 caballos y 25 cañones, con representaciones el sábado a las 19:30 y el domingo por la mañana a las 10:30.

Además, durante ambos días tres campamentos o vivaques--uno aliado en la Granja de Hougoumont y dos franceses en la Colina del León y el cuartel de Napoleón-- servirán como escenarios vivos donde actores y especialistas recrearán escenas cotidianas y momentos clave del conflicto. El público podrá disfrutar de espectáculos de maniobras, lecciones sobre el uso de armas de época, representaciones humorísticas y demostraciones de antiguos oficios.

Más allá del evento conmemorativo, el Dominio de la Batalla de Waterloo constituye uno de los conjuntos patrimoniales más singulares de Bélgica. Conservado casi intacto desde 1815, ofrece un recorrido inmersivo por los principales escenarios del conflicto.

En el corazón del recinto se encuentra el Memorial del Dominio de la batalla de Waterloo, un museo de última generación donde el visitante puede sumergirse en el desarrollo del combate a través de tecnologías interactivas.

Una aplicación multilingüe permite escanear piezas del museo y puntos estratégicos del campo de batalla para acceder a contenidos exclusivos que enriquecen la visita, pudiendo escanear las piezas del museo y los sitios de interés para revivir la batalla con un nivel de detalle excepcional.

La experiencia se completa con una impresionante maqueta de 33 m2 que recrea con más de 10.000 figuras a escala los movimientos de las tropas, una galería con más de 70 maniquíes uniformados, y una película en 4D dirigida por Gérard Corbiau que sumerge al espectador en el fragor de la batalla.

Testigo silencioso de la batalla, la Colina del León se alza majestuosa en el lugar donde los aliados frenaron el avance de las tropas imperiales de Napoleón. Erigido entre 1823 y 1826, este monumento simbólico ofrece, desde sus 226 escalones, una vista panorámica del campo de batalla.

La colosal escultura del león --orientada hacia Francia-- conmemora la herida sufrida en ese mismo lugar por el joven príncipe de Orange, héroe aliado del día.

No menos impactante es el Panorama, un edificio circular que acoge un lienzo monumental de 110 metros de largo por 12 de alto, pintado en 1912 y recientemente restaurado. La escena, de sorprendente realismo tridimensional que recrea escenas de los combates entre las tropas de Wellington y Napoleón, se acompaña de una banda sonora envolvente que recrea el estruendo del combate.

A pocos minutos del Memorial, y accesible con un servicio de lanzadera según disponibilidad, la Granja de Hougoumont permite adentrarse en la "batalla dentro de la batalla".

En este escenario clave del enfrentamiento, una instalación multimedia ideada por Luc Petit narra con dramatismo y precisión los hechos ocurridos en este punto estratégico, donde el hermano de Napoleón inició los combates. Además, la granja funciona como espacio pedagógico y alberga más de una veintena de animales, lo que la convierte en una parada ideal para familias con niños.

Para completar la experiencia, el visitante puede descubrir también el Museo Wellington, situado en el antiguo cuartel general del duque en el centro de Waterloo, así como el último cuartel de Napoleón, la Ferme du Caillou ubicado en Vieux-Genappe, donde se conserva una valiosa colección de objetos y documentos que retratan las últimas horas del emperador antes de su caída definitiva.

Valonia se prepara así para revivir la historia como nunca antes, en un homenaje vivo, participativo y emocionante. Porque 210 años después, el rugido del león sigue resonando.

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