MADRID, 18 Dic. (CHANCE) -

Lydia Lozano ha vivido en los últimos meses los momentos más duros y complicados de su vida. Su marido desde hace casi cuatro décadas, Charly, era ingresado en un hospital de la capital hace más de dos meses para ser intervenido de una lesión en la espalda. Sin embargo, lo que parecía una intervención sencilla se complicaba después de contraer varias baterias que afectaron a sus órganos vitales y por las que tuvo que ser intervenido de urgencia del corazón, llegando a temerse incluso por su vida.

Tras varias semanas alejada de los platós, la popular colaboradora reaparecía en '¡De Viernes!' y, destrozada, se sinceraba sobre el delicado trance que estaba atravesando el amor de su vida, al que conoció a mediados de los 80 y del que nunca se ha separado. "Es un jabato. Si me hicieran a mí tantas cosas no las aguantaría" confesaba rota en lágrimas, reconociendo su miedo y su preocupación ante una lentísima recuperación en la que no se apreciaban avances significativos.

En todo este tiempo Lydia ha estado al pie del cañón y no se ha separado en ningún momento de Charly, siendo diarias sus visitas al hospital incluso cuando estuvo enferma de gripe (manteniendo las distancias con su marido y llevando mascarilla), y sacando fuerzas de flaqueza para cumplir con sus compromisos profesionales y atender con la amabilidad que la caracteriza a la prensa dando puntualmente el parte médico del arquitecto.

   El último el pasado viernes cuando, coincidiendo con su 65 cumpleaños, la tertuliana confesaba que su único deseo y el mejor regalo sería que Charly volviese a casa "por Navidad" tras experimentar una ligera mejoría. "Sólo pido pasar la Nochebuena en casa con él. No quiero nada. Y salud para él, que lo ha pasado muy mal y lo está pasando él, solo pido salud para él", pedía rota en llanto.

Y su deseo se ha cumplido, ya que este jueves el arquitecto ha recibido el alta tras más de dos meses ingresado en un hospital madrileño. Debido a que todavía está muy débil tras su larga hospitalización, el marido de Lydia ha llegado a su casa en ambulancia, siendo la colaboradora la encargada de recibirlo a las puertas emocinadísima y sin poder contener las lágrimas.