
La búsqueda de experiencias originales y poco convencionales ha disparado el interés por los deportes de aventura más insólitos en España, con un crecimiento del 22% en lo que va de año.
Cada vez más viajeros huyen de las actividades tradicionales buscando la 'foto diferente' y emociones fuertes, según datos de Yumping.com, el portal especializado en turismo activo.
Más allá de las rutas a caballo, la escalada o el barranquismo, el territorio español se ha consolidado como un destino ideal para practicar disciplinas tan extremas y sorprendentes como el vuelo con alas humanas o el buceo bajo el hielo.
Esta tendencia refleja una clara necesidad de evasión y la búsqueda de emociones que van más allá de lo cotidiano. "El viajero actual ya no se conforma solo con visitar un lugar, sino que quiere vivirlo de una manera única e irrepetible", señalan expertos del sector.
Entre las actividades más raras y demandadas que se pueden practicar en el país, destacan el vuelo humano con alas, remar bajo tierra, descenso en bicicleta desde un helicóptero o submarinismo bajo hielo.
En parajes como Lleida o el Pirineo aragonés, los aventureros se equipan con un traje especial con alas para experimentar la sensación más cercana a volar como un pájaro, planeando a alta velocidad sobre valles y montañas.
Espeleopiragüismo o remar bajo tierra es toda una aventura. Esta actividad fusiona la espeleología y el piragüismo, permitiendo adentrarse con una piragua en cuevas inundadas y lagos subterráneos en provincias como Valencia o Castellón.
Una de las novedades más futuristas en la costa es el hoverboard acuático. En puntos de la Costa del Sol, Ibiza o Alicante, una tabla propulsada por potentes chorros de agua permite a los usuarios elevarse varios metros en el aire y realizar espectaculares piruetas sobre el mar.
Reservada solo para los ciclistas más extremos el helibike o descenso en bicicleta desde un helicóptero que se puede practicar en zonas montañosas como Huesca implica ser ascendido en helicóptero hasta la cima para luego descender en bicicleta por rutas y terrenos imposibles, garantizando una dosis máxima de adrenalina.
Y para finalizar submarinismo bajo el Hielo. En pleno invierno, lagos del Pirineo catalán, oscense o Andorra ofrecen la posibilidad de sumergirse en aguas heladas y bucear bajo gruesas placas de hielo. Una modalidad del submarinismo que exige una preparación y una "sangre fría" a la altura de las circunstancias.
La proliferación de estas actividades tan poco convencionales consolida a España como uno de los principales destinos europeos para el turismo de aventura, atrayendo a un público que prioriza la singularidad y la adrenalina por encima de las vacaciones tradicionales.
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