MADRID 22 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Jorge Nacarino, ha advertido de un "envejecimiento preocupante" del movimiento vecinal madrileño, especialmente en los distritos del sur, donde la falta de avances en políticas de reequilibrio territorial está generando "desgaste, apatía y agotamiento" entre activistas y asociaciones.

En una entrevista con Europa Press, Nacarino ha explicado que en zonas tradicionalmente muy organizadas --como Puente de Vallecas, Villaverde o Vicálvaro-- se percibe un relevo generacional insuficiente, asociado al propio envejecimiento de los barrios y a la frustración acumulada por esa brecha de desigualdad "que no hace más que crecer".

"Hay una cierta realidad de envejecimiento del movimiento y un cierto agotamiento. Cuando llevas décadas esperando políticas de reequilibrio que nunca terminan de llegar, eso desanima", ha señalado.

Pese a este desgaste, Nacarino ha subrayado que se están produciendo procesos de reactivación vecinal en barrios de la almendra central donde tradicionalmente había menor presencia asociativa, como Retiro, Chamberí o Centro.

A su juicio, este repunte tiene que ver con el impacto creciente de la turistificación, la proliferación de viviendas de uso turístico, el aumento de terrazas y la celebración de macroeventos que "alteran el modelo de vida del barrio".

"El movimiento vecinal está creciendo porque la gente ve que su manera de vivir se está viendo atacada. Cuando la administración trabaja pensando en intereses cortoplacistas de un determinado negocio, hace que reflote o que se refuerce el movimiento vecinal en barrios que a lo mejor no esperábamos que tuvieran esa presencia", ha explicado.

Nacarino también ha señalado que, aunque en algunos barrios el relevo generacional es escaso, hay zonas donde se está produciendo un rejuvenecimiento claro, como en Latina, donde se está "haciendo un trabajo muy importante". "Hay sitios donde la renovación llega y sitios donde cuesta más. Muchas veces no sabes muy bien por qué, pero está pasando", ha apuntado.

Uno de los desafíos más importantes para el movimiento vecinal, según Nacarino, es aumentar la participación de la población migrante, que cuenta con un peso relevante en muchas zonas de la capital. En el caso del barrio San Diego, alcanza ya "un 40% de población censada de origen migrante".

Aunque algunas asociaciones están logrando avances, reconoce que la participación sigue siendo baja por factores como "la falta de arraigo inicial, choques culturales y también sesgos internos" que dificultan la convivencia y el sentimiento de pertenencia al propio barrio. "Queremos que también sean vecinos y que, como cualquier otro, se sumen a esa reivindicación y a ese trabajo comunitario que se hace en las asociaciones", ha dicho.

En este sentido, de cara a 2026, Nacarino ha recordado que la federación trabaja en la creación de una 'Carta por la Convivencia' y en la constitución de una mesa estable para combatir discursos de odio que, en su opinión, están creciendo al calor del avance de la extrema derecha.

Pese a estos retos --envejecimiento, falta de relevo, migración, turistificación o desigualdad--, el presidente de la FRAVM recalca que la esencia del movimiento vecinal se mantiene firme en los barrios de la ciudad: "Seguimos defendiendo los servicios públicos, barrios con vida y entornos donde se pueda convivir y mejorar la calidad de vida. Eso sigue perfectamente intacto".