MADRID 11 Dic. (EUROPA PRESS) -La búsqueda de maneras de evitar carreras en las medias ha dado lugar, desde hace décadas, a toda clase de trucos domésticos. Uno de los más extendidos propone hervir las pantys y después congelarlas para hacerlas supuestamente más resistentes. Muchas personas lo han escuchado en su entorno o lo han visto en redes, pero ¿realmente funciona? ¿Tiene algún fundamento en el cuidado de tejidos sintéticos?
La idea parte de la creencia de que el calor y el frío extremos pueden "endurecer" las fibras y evitar que se rompan con facilidad. Sin embargo, las medias actuales están fabricadas con materiales delicados como nylon y elastano, diseñados para ser flexibles, no para soportar temperaturas tan altas.
De hecho, hervir medias panty es contraproducente: el calor intenso puede deformar la estructura del nylon, debilitar el elastano y generar microdaños invisibles que hacen que la prenda se rompa incluso antes. Tampoco el congelado garantiza resultados; aunque el frío puede dar una sensación temporal de firmeza, no existe evidencia de que mejore la durabilidad a largo plazo.
Las recomendaciones de los fabricantes coinciden en algo: evitar por completo el calor extremo y los choques térmicos, porque aceleran el desgaste y reducen la elasticidad, que es precisamente lo que permite que la media se adapte al cuerpo sin romperse.
Las tiendas especializadas, como MisPantys, y los fabricantes de medias coinciden en varios consejos prácticos que sí ayudan a alargar la vida útil de la prenda:
Las pantys deben manipularse con cuidado desde el primer momento. Elegir la talla correcta, revisar que no haya anillos, pulseras o uñas que puedan enganchar la tela y colocárselas siempre sentada reduce el riesgo de tirones. Es aconsejable recoger la media desde la punta del pie y deslizarla con suavidad, ajustándola poco a poco hasta la cintura.
En cuanto al lavado, lo ideal es hacerlo a mano, con agua tibia y un detergente suave, evitando tanto el suavizante como el agua caliente, que deterioran las fibras. Las medias deben secarse al aire, lejos de fuentes de calor y sin retorcerlas, para no dañar su estructura.
El almacenamiento también influye. Guardarlas separadas del resto de prendas, en cajones o cajas de superficie lisa, ayuda a evitar enganches con cremalleras, botones u otros tejidos. Mantenerlas dobladas y ordenadas evita nudos que pueden generar tensiones en la tela.
No hay una fórmula mágica que garantice que una media nunca se rompa, y los métodos basados en hervirlas o someterlas a temperaturas extremas no solo no aportan beneficios, sino que pueden acelerar su deterioro. La mejor forma de prevenir carreras sigue siendo el cuidado cotidiano: elegir la prenda adecuada, manipularla con atención y lavarla siguiendo los consejos de los fabricantes.
Aun así, muchas personas recurren a un pequeño recurso para frenar una carrera ya iniciada: un toque de esmalte transparente o de laca en el borde del hilo corrido. No evita que aparezca, pero sí impide que avance.
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