
El 28 de octubre la aerolínea irlandesa Ryanair añadirá Madrid a la lista de ciudades españolas conectadas con el aeropuerto internacional de Shannon. Es la oportunidad perfecta para planificar una escapada al oeste de Irlanda y recorrer algunas de las maravillas de la zona, como la siempre animada ciudad de Galway, a tan sólo una hora de este aeropuerto, o los famosos e icónicos acantilados de Moher, uno de los lugares más visitados de la isla.
También podemos añadir otros encantos al viaje: castillos, pueblos con sabor local, parques nacionales con paisajes increíbles, hoteles históricos
El mes de octubre trae una buena noticia para los amantes de las rutas aéreas secundarias: la aerolínea irlandesa Ryanair abre una nueva conexión entre España e Irlanda, concretamente entre Madrid y Shannon.
Por su ubicación, en el condado de Limerick, en el centro oeste de la Isla Esmeralda, Shannon se convierte en la perfecta puerta de entrada para recorrer el oeste de Irlanda y ver algunas de sus maravillas naturales, como los famosos e icónicos acantilados de Moher o el Parque Nacional del Burren, así como descubrir la ciudad de Galway y, por qué no, algunos de los hoteles más lujosos de Europa.
Al plan también podemos añadir castillos, pintorescos pueblitos con sabor local y mucho encanto, música tradicional. Pura esencia irlandesa a una hora en coche desde este aeropuerto internacional de Shannon.
Los viajeros más urbanitas disfrutarán recorriendo Limerick, la ciudad más cercana, situada a orillas del río Shannon; y, sobre todo, la siempre animada Galway, a tan sólo una hora en coche desde el aeropuerto.
En Limerick, que ha dado personajes tan célebres como el escritor Frank McCourt (Las cenizas de Ángela) o la cantante Dolores O'Riordan (The Cranberries), podrán visitar el castillo del Rey Juan, que lleva más de 1.000 años encaramado en King's Island y se cree que fue construido en un antiguo asentamiento vikingo, así como la catedral de Santa María y el Milk Market, en el que se junta la gastronomía local con la música, las antigüedades y el arte.
En Galway encontrarán un toque bohemio y bullicioso y, desde mediados de noviembre, una ciudad volcada con la Navidad: el año pasado su gran mercado navideño recibió más de 450.000 visitantes. Galway es también un lugar muy amante de la música tradicional y los sabores locales, especialmente los relacionados con el mar: aquí se cultivan y se comen, por ejemplo, unas de las mejores ostras.
Los viajeros también encontrarán aquí muchas conexiones con España. De origen medieval, gracias al comercio exterior Galway se convirtió en un importante puerto internacional desde donde partían rutas comerciales hacia Francia, Portugal y España y fueron muchos los españoles que se establecieron en ella. Eso propició que, durante un tiempo, la clase dirigente de Dublín se refiriera a Galway como una ciudad 'más española que irlandesa'.
Hay muchas imágenes icónicas de Irlanda. Una de ellas es la de los espectaculares acantilados de Moher, en el condado de Clare, en plena Ruta Costera del Atlántico. 214 metros es la altura que alcanzan estos prodigios de la naturaleza catalogados como Geoparque Global de la UNESCO. Una hora es el tiempo que tardaremos en llegar en coche desde el aeropuerto de Shannon.
Más al sur, pero también a una hora desde Shannon, encontraremos otros preciosos acantilados. Son los de Kilkee, que sin ser tener tanta fama como los de Moher resultan también otra parada imprescindible para sentir la grandeza y belleza de la naturaleza en la costa oeste de Irlanda. El lugar es especialmente recomendable para los amantes de la ornitología.
Quince kilómetros separan el aeropuerto de Shannon de uno de los hoteles más lujosos, elegantes y especiales de Europa: Dromoland Castle, por el que han pasado presidentes, reyes y famosísimos actores. Con más de 200 hectáreas de bosque, una lujosa decoración, cocina irlandesa de alto nivel, spa, una gran variedad de actividades al aire libre (golf incluido) y magníficas habitaciones y suites, Dromoland Castle representa lo mejor del lujo y la exquisitez.
Otro magnífico hotel al que llegaremos en media hora desde el aeropuerto de Shannon es Adare Manor. De nuevo, estamos ante uno de los mejores hoteles de toda Europa. Adare Manor es un magnífico lugar para disfrutar de la hospitalidad irlandesa y vivir una lujosa e inolvidable estancia.
La mansión está rodeada de una enorme e impresionante finca de más de 300 hectáreas. Cuenta también con campo de golf (en septiembre de 2027 acogerá la Ryder Cup), Club de Pádel y spa; y su restaurante, The Oak Room, tiene una estrella Michelin.
Tendremos más experiencias inolvidables en Knappogue Castle y Bunratty Castle: un banquete medieval. Knappogue Castle es una casa torre que fue ampliada a mediados del XIX.
El castillo de Bunratty, en cambio, llegó a estar prácticamente en ruinas a mediados del siglo XX y corría el peligro de ser demolido hasta que en 1953 un especialista en la Edad Media lo compró por una suma simbólica y decidió devolverle todo su esplendor. Ambos castillos nos proponen un original viaje al siglo XV, cuando fueron construidos, con música tradicional, vestuario de la época, narración de historias.
Llegar al Parque Nacional del Burren significa dejar atrás el verde característico de la isla para adentrarse en un paisaje de aspecto lunar, árido pero tremendamente interesante, con una belleza poética que ha cautivado a artistas de todos los ámbitos.
Abadías, iglesias medievales y dólmenes salpican esta enorme extensión de praderas y colinas kársticas. Burren proviene del gaélico An Bhoireann, que significa terreno pedregoso.
Algo más alejado, pero igualmente recomendable es el Parque Nacional del Connemara, en la región del mismo nombre, un lugar de naturaleza salvaje y sorprendente paisaje, una región de leyenda, folclore y profunda belleza. El Parque Nacional cuenta con numerosas rutas a pie, una red de senderos que nos permitirá descubrir un hábitat único.
Si en lugar de ir la norte decidimos ir al sur, nos toparemos con otro de los seis parques nacionales de Irlanda: Killarney, en el condado de Kerry. Famoso por albergar los Reeks de McGillycuddy, la cadena montañosa más alta de Irlanda, y los lagos de Killarney, el parque es una de las paradas imprescindibles del Anillo de Kerry, una ruta circular de casi 200 kilómetros que se ha convertido en una de las más famosas de Irlanda por sus increíbles paisajes, castillos antiguos, naturaleza y pueblos con encanto.
Casas tradicionales con techos de paja, puertas coloridas y jardines en la entrada forman en Adare un paisaje tan atractivo como peculiar. Los cottage son un símbolo de la arquitectura tradicional irlandesa. Aquí, fueron construidos por la familia Dunraven para albergar a los trabajadores de la finca The Dunraven Estate (hoy Adare Manor).
Adare es un destino ideal para disfrutar de un ambiente medieval y tranquilo. Alrededor de este pequeño pueblo también encontraremos numerosos castillos, como Glin Castle, ahora convertido también en un hotel.
Otro pintoresco pueblecito que parece sacado de un cuento es Doolin, a una hora también del aeropuerto de Shannon. Aquí también encontraremos cottages, así como magníficas vistas al mar y mucha música tradicional irlandesa. Los acantilados de Moher están muy cerca de aquí y se puede llegar hasta ellos recorriendo el sendero de los acantilados o en barco, para admirar desde abajo toda su majestuosidad.
Participate
Join and comment