MADRID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

Si hay un lugar en el mapa donde el corazón de Latinoamérica late al compás de un timbal, ese es Puerto Rico. El próximo 5 de octubre, la isla se transforma en la capital mundial del género al celebrar el Día Nacional de la Salsa, un evento que trasciende el formato de festival para convertirse en un vibrante encuentro cultural.

La salsa, más que un simple género musical, es la banda sonora de la identidad puertorriqueña, una expresión del alma boricua que fusionó la bomba y la plena con la sofisticación del jazz en el crisol cultural de Nueva York en los años 60 y 70.

Aunque su cuna geográfica estuvo en los barrios latinos de la Gran Manzana, su corazón y espíritu son inseparables de Puerto Rico.

"El Día Nacional de la Salsa no es solo un festival, sino un encuentro cultural que conecta a nuestra gente con sus raíces y que atrae a visitantes de todas partes del mundo", afirma Davelyn Tardi, Directora de Relaciones Públicas de Discover Puerto Rico.

Organizado por la icónica emisora de radio Z-93, este 41 aniversario de la tradición rendirá un emotivo homenaje al 'Sonero Mayor', Ismael Rivera, una de las voces que definió el género. El Estadio Hiram Bithorn, en la emblemática Plaza de la Independencia de San Juan, se llenará de una energía vibrante, acogiendo a salseros y curiosos dispuestos a experimentar la euforia del ritmo.

Para el viajero, esta celebración es la oportunidad perfecta para sumergirse en la cultura viva de la isla. Es un momento único para entender cómo la salsa se convirtió en un símbolo de resistencia y conexión para la diáspora puertorriqueña, manteniendo viva su cultura a través de cada acorde.

Asistir al Día Nacional de la Salsa es confirmar que Puerto Rico es, sin duda, uno de los mejores escenarios del mundo no solo para escuchar, sino para sentir y bailar la mejor salsa, y experimentar la vibrante energía que corre por las venas de esta joya caribeña.